El tema que nos ocupa no es fácil de tratar, menos de llegar
a una conclusión simple.
A menudo se pueden ver y oír métodos de entrenamiento,
llevados a cabo por deportistas, que han sido meditados y planificados por
entrenadores y teóricos del entrenamiento. Lo común de todos ellos es que
tienen un objetivo claro, o al menos deberían tenerlo. Esto hace que cada
entrenador y deportista opte por diferentes métodos y formas de planificar, de
las cuales no se puede decir que unas sean mejor que otras de manera general, aunque si es cierto que
unos arrojan mejores resultados que otros.
Lo mas común que se debate a menudo, aunque muchas veces no
se sepa, es el eterno debate entre entrenamiento polarizado y el principio de
especificad del entrenamiento, que no de especialización.
Para empezar entendiendo que es cada uno de los conceptos,
definir especificidad del entrenamiento. Este principio explica la necesidad de
buscar con el entrenamiento lograr los objetivos específicos, es decir entrenar
para lo que se va a competir.
Parece de “cajón”. Pero no están extraño comprobar como
deportistas emplean sistemas y métodos de entrenamiento que no producen ninguna
mejora para la competición que se prepara, como por ejemplo, nadadores de
velocidad hacer volúmenes semanales a ritmos medios desproporcionados.
Por otro lado el entrenamiento polarizado consiste basándome
en J.L. Chicharro en “distribuir preferentemente
las cargas de trabajo en baja intensidad (<Umbral aeróbico, Fase I) y alta
intensidad (>Umbral anaeróbico, Fase III), con relativo poco trabajo en
media intensidad (entre los dos umbrales, Fase II”
Con esta
definición podríamos entender que el método más útil consiste en eliminar todo trabajo
en ritmos medios.
Ahora bien
esta afirmación, como afirma el propio Chicharro, no se puede tomar a la ligera
ya que no es lo mismo para un atleta que prepara maratón (al cual a priori si
le convendría un trabajo intenso a ritmo de competición) que el que
prepara 5000 el cual puede polarizar más
el trabajo.
Por otro lado, ultimas corrientes en
entrenamiento otorga mucha importancia al trabajo polarizado en fases primeras
de la preparación del deportista, tanto si hablamos de la temporada como si hablamos
de su progresión total , es decir en edades tempranas, ya que son edades
sensibles a la adaptación que se puede ganar a correr a ritmo supramáximos.
La conclusión
no puede ser clara y concisa, ya que tampoco es todo blanco y todo negro.
Si es cierto
que viene bien echar un ojo a la trayectoria, métodos y progresión de algunos atletas, nadadores
y deportistas que han usado un método
más polarizado y otros que no lo han hecho.
Quien basa
todo su sistema en una de estas dos opciones suele correr el riesgo de o bien estancarse o no llegar a
desarrollar todo su rendimiento.
Como
conclusión particular, opino que el entrenamiento polarizado tiene muchas más
ventajas que desventajas sin embargo en fases específicas de la preparación y
planificación del entrenamiento el trabajo debe ir encaminado a la especifidad
del mismo en función de la competición.
Pero esto
último solo es una opinión, ya que no hay estudio con el que pueda demostrarlo.
Foto de Jorge Morales Gutiérrez
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